El pintor oaxaqueño que sabe maximizar su talento y combinar sus dos pasiones: la pintura y la escultura
Cuadros llenos de color, personajes que expresan miradas reflexivas, contornos marcados de blanco, colibríes y parejas plasmadas en el lienzo son las principales características de Manuel Miguel, un pintor oaxaqueño que potencializa su talento y creatividad en significativos cuadros que reflejan el interior de un artista con mucho que decir.
Originario de la Sierra de Oaxaca, desde muy joven se interesó en aprender a pintar, por lo que optó por buscar el conocimiento en talleres, con diferentes maestros con los cuales estuvo colaborando, “los maestros compartieron su conocimiento conmigo, porque me involucraron en sus talleres, actividades, en su forma en la que percibían el arte”, los mentores de Manuel Miguel fueron Alejandro Santiago y Maximino Javier.
Iniciar para motivarse
El trabajo de este pintor oaxaqueño comienza en Cancún, Quintana Roo, cuando se encontraba trabajando como restaurador y fue entonces que las puertas del arte y la creación se abrieron para él, “que reconocieran mi trabajo fue algo fantástico; además, fue lo que me permitió hacerme de material y generar más cuadros para darme a conocer”, comenta el joven pintor, el cual menciona con sencillez que el trabajo de un artista en Oaxaca requiere de esmero y esfuerzo, ya que el estado es un semillero de talento.
Con este impulso, Manuel se dio la oportunidad de tomar el camino de la pintura con constancia, para así poder consolidarse en su estado “Me empiezo a motivar y a tomar en serio la pintura. Antes de eso sí pintaba, pero paisajes, de hecho quería ser paisajista; llevo tres años con esto, he tomado la decisión de enfrentarme al mundo del arte”.
Con una carrera prometedora, Manuel Miguel deja su obra en Cancún, donde se da a conocer como una joven promesa de la pintura, esto le permitió recorrer otros lugares como Puebla, México y Monterrey.
“El resultado de mi trabajo ha sido muy aceptado, con coleccionistas, la gente que le apasiona el arte, porque de repente ven el cuadro y les llama la atención todo ese conflicto, todo ese tejido que hago con las líneas y los colores”.
Un artista diverso
Manuel Miguel comenta que su temática es muy diversa, la cual va desde animales, manglares, personajes, parejas, “intento retratar al hombre y a la naturaleza”, comenta.
Su estilo se marca con el uso de colores vivos, combinaciones armoniosas que llevan a la creación de líneas, las cuales utiliza de forma creativa para crear formas, las cuales dan vida a su cuadro, “las líneas son para mí una representación de la rectitud que el hombre siempre anhela en su vida, como si buscara la perfección. Uso líneas blancas por la pureza que el hombre mantiene oculto en sí”.
“Con mi obra trato de dar a entender visualmente una conciencia y un interés de ir más allá, con lo que comúnmente se ve y se convive, lo más importante es lo que fluye del alma”.
El estilo de Manuel Miguel se consolida poco a poco, donde el artista realiza una búsqueda constante que plasme su interior y su amor por la pintura. “Estoy en proceso de crecimiento, aunque me gusta hacer uso de figuras geométricas, colores y formas que le dan vida a mi obra”.
Pintar más y más, generar material extenso y transmitir sensaciones es lo que busca Manuel Miguel en su futuro, busca dar a conocer su obra con más fuerza, en galerías y todo tipo de espacios donde pueda exhibir sus propuestas, “quiero que mi trabajo sea para todos, quiero que todos tengan esa posibilidad de ver, apreciar y criticar mi trabajo”.
La escultura, otra de sus pasiones
Manuel Miguel, como todo un artista, explora otras posibilidades, entre ellas la escultura, misma que practicó antes de la pintura y la cual lo llevó a transportar las figuras tridimensionales a los cuadros.
En su trabajo, el espacio bidimensional busca dar un sentido lleno de formas geométricas, producto de la influencia que el artista oaxaqueño tiene con la escultura, “la escultura para mí, es un elemento que se puede apreciar en cualquier espacio, no se necesita de un espacio cerrado, el plano tridimensional me abre a la imaginación”, explica Manuel, sosteniendo que la pintura y la escultura son dos disciplinas que desea trabajar simultáneamente.
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