Alumnos y personal de la Escuela Secundaria General Andrés Henestrosa, de San Jacinto Amilpas, estudian y laboran bajo serias carencias
San Jacinto Amilpas, Oax. Desde hace ocho años, personal académico y administrativo de la Escuela Secundaria General Andrés Henestrosa se encuentran en busca de espacios, medios y atención de las autoridades del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), además de las autoridades estatales para la instalación formal del centro educativo.
Desde hace tres años, el plantel educativo se trasladó a un terreno donado por los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Oaxaca (SAPAO), el cual se encuentra en la colonia Ejidal de San Jacinto Amilpas. La escuela consta de seis salones, tres de ellos hechos completamente de lámina y los cuales fueron donados por el IEEPO, esto por la constante gestión de sus maestras fundadoras.
“Encontramos este lugarcito y empezamos a gestionar, hacer los trámites para que nos lo donaran y finalmente SAPAO nos donó un área de 4 mil metros, pero la documentación legal está en trámite”, comentó la directora Leonila Alavez García, quien argumenta que los trámites para la obtención del terreno llevan una serie de pasos, como el apego y el deslinde, ya que el espacio que actualmente ocupan pertenecía a la federación y ahora es parte del Gobierno del Estado de Oaxaca, quien debe donar la propiedad al IEEPO para que por fin quede en manos de la escuela secundaria.
“Hemos hecho una serie de pagos para obtener los derechos del lugar, pero ahora estamos reuniendo la documentación necesaria para un expediente en Ciudad Administrativa, el cual se va a la Cámara de Diputados para que autorice el funcionamiento de la escuela”, añadió.
La directora dijo que para la construcción de la primera etapa del plantel, necesitan la agilización de los trámites en la Cámara de Diputados local, ya que sin escrituras a favor del IEEPO no pueden proceder a la construcción. ”Debemos estar constituidos legalmente para poder gestionar al 100 por ciento la construcción de la primera etapa”.
Cabe destacar que la escuela, después de ocho años de funcionamiento, el pasado 23 de marzo obtuvo su clave educativa, la cual también es un importante requisito para su consolidación formal.
Estudiando entre carencias
Con un total de 77 estudiantes de tres grados académicos, la escuela trabaja con seis docentes y seis administrativos.
La institución no cuenta con equipo de cómputo y el personal debe cargar a diario con su propio equipo. “Para que los niños tomen su clase de informática, el maestro tiene que llevarlos a un cyber, los niños tiene que pagar el servicio de la máquina”, apuntaron.
La escuela se sostiene con sus propios medios, ya que pagan la luz, carecen constantemente de agua, por lo que deben comprarla, los gastos de papelería y demás materiales didácticos corren por cuenta de la escuela y los padres de familia.
Además, los baños que fueron instalados por el IEEPO son inservibles por la constante fuga de agua, por lo que se tuvieron que implementar baños emergentes.
“Se trabaja en condiciones muy extremas, con calor o mucho frío, los alumnos sufren mucho por las altas temperaturas, ya que como 11 de la mañana comienza a subir el calor y los alumnos sufren de agotamiento”, dijo la directora.
“Nuestra escuela es muy vulnerable, pero los papás nos tienen mucha confianza”. En este sentido, la directora argumenta que a pesar de los diversos movimientos en la lucha magisterial, el personal se ha puesto de acuerdo para tomar roles para asistir a las marchas, asimismo, que parte de su compromiso para sostener a flote la institución consiste en parar lo menos posible las actividades académicas.
La orientadora educativa, Norma Angélica García, expuso que han sido víctimas de las bandas juveniles ya que les han robado una máquina de escribir, una copiadora, entre otras cosas, “Ahorita no tenemos nada, y cuando viene el periodo de vacaciones nos llevamos lo poquito que tenemos porque nos cuesta mucho adquirirlo”.
Esta escuela, hecha de lámina y madera, pertenece al municipio de San Jacinto Amilpas, se encuentra a las orillas de un arroyo, sin árboles ni sombras que mitiguen las altas temperaturas, por lo que el personal hace un llamado a las autoridades estatales y educativas para su pronta atención, pero sobre todo con la agilización de los trámites en la Cámara de Diputados, ya que sin ellos no pueden gestionar la construcción de aulas adecuadas y espacios adecuados para los alumnos.
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